domingo, 14 de febrero de 2010
Ando con cautela, pisando despacito viendo si hay tierra firme.
No quiero caer en otro abismo, no quiero moretones.
Intuyo, de a ratos, que no golpearse es imposible.
Veo, de a ratos, que una cosa es golpearse pedagógica y azarozamente y otra, andar a los tumbos contras las paredes, presa de un autohechizo para creerme transitando un letargo doloroso y trascendente. Trascendente. Eso lo justifica todo. No obstante, hoy, hay optimismo y despreocupacion. Hoy creo, que quizas, me moretonee menos. Capaz que solamente son rasguños... capaz, quizas, quisiera, tal vez sean caricias...
Es por ahi, ahi donde no entiendo como es que agarre esta goma de borrar.
Sé que ponerme nostálgica me achica por lo menos unos veinte centímetros. Borrar estuvo bien, cortar, separar.
Y hoy no se bien de que manera estamos, cautelosa te sigo... te siento, te pienso, presente, temo.
Temer no me gusta.
Inevitablemente ser herida, el juego de la inevitabilidad es tan fugaz y saboteador, como quemarse a una misma. Autoinflingirse dolor antes que el otro lo haga, solamente por las dudas, nomás pa tener la iniciativa...
Sé que ponerme nostálgica me achica por lo menos unos veinte centímetros. Borrar estuvo bien, cortar, separar.
Y hoy no se bien de que manera estamos, cautelosa te sigo... te siento, te pienso, presente, temo.
Temer no me gusta.
Inevitablemente ser herida, el juego de la inevitabilidad es tan fugaz y saboteador, como quemarse a una misma. Autoinflingirse dolor antes que el otro lo haga, solamente por las dudas, nomás pa tener la iniciativa...
domingo, 7 de febrero de 2010
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